El despido disciplinario es la decisión del empresario de finalizar la relación laboral por una falta grave del trabajador. Para que sea válido, deben cumplirse los siguientes requisitos:
1. Causa Justificada
Debe basarse en un incumplimiento grave y culpable del trabajador, como pueden ser faltas repetidas de asistencia o puntualidad, desobediencia, abuso de confianza, ofensas verbales o físicas, bajo rendimiento continuado, etc.
2. Forma Escrita (Carta de despido)
La empresa debe entregar una carta de despido detallando:
- Los hechos concretos que motivan el despido.
- La fecha en que tendrá efecto la decisión.
3. Imputación clara y precisa
La carta debe permitir al trabajador conocer con exactitud los hechos que se le imputan para poder defenderse en caso de impugnación.
4. Plazo legal (prescripción de la falta)
El despido debe notificarse dentro de los plazos establecidos en el Estatuto de los Trabajadores o el convenio colectivo aplicable. En general, las faltas muy graves prescriben a los 60 días desde que el empresario tuvo conocimiento de ellas, y en todo caso a los 6 meses desde su comisión. Si se exceden estos plazos, la falta prescribe y el despido puede ser declarado improcedente sólo por esta causa.
5. Audiencia previa en determinados casos
Si el trabajador es representante legal o sindical, debe realizarse una audiencia previa antes del despido.
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